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Los aliados no se limitan a las personas heterosexuales y cisgénero; los aliados también provienen de la comunidad LGTB+, que se apoyan mutuamente en sus necesidades particulares.
Hacer una suposición sobre los pronombres que debes usar con alguien en base a cómo va vestido o a qué te parece a ti nunca es la decisión correcta. Lo mejor es siempre preguntar a alguien cuáles son sus pronombres preferidos y luego respetar esos pronombres sin discusión. Si no estás seguro de sus pronombres y no te sientes cómodo preguntando, refiérete a ellos de forma neutra. Esto elimina la suposición, y permite que ellos se abran a ti sobre sus pronombres por sí mismos.
La orientación es la forma en que alguien categorizaría su sexualidad. La identidad de género es su concepto de sí mismo como masculino, femenino o ninguno, que puede o no sincronizarse con el sexo que se le asignó al nacer. Factorizar ambos y comprender sus matices es uno de los primeros pasos para ser un buen aliado.
Esto se aplica a todo, desde los pronombres de alguien, hasta asumir que te encontrará atractivo si eres la identidad de género que le atrae, o (lo peor) tratar de arreglarlos con cualquier otra persona queer que conozcas. No juzgues apresuradamente sus preferencias, identidad o personalidad basándote sólo en tu juicio, y si ya has hecho esa suposición en el pasado, vuelve atrás y empieza de nuevo.
Cosas como "¿Cómo son tus relaciones sexuales?” "¿Cuál de vosotros es el hombre/mujer en la relación?", "¿Cómo decidiste que eras LGTB+?”, todas califican. La mayoría de tus preguntas (incluso las ridículas) tienen respuestas que se pueden encontrar en los hilos de Reddit, o son fáciles de buscar en Google. Pero, te preguntarás, ¿cómo sé cuándo mis preguntas son ofensivas? Es bastante sencillo…
Si alguien te dice que le ha ofendido algo que has preguntado o dicho, no saltes a la defensiva. Puede que no hayas dicho algo con mala intención, pero si ha herido los sentimientos de alguien o ha cruzado un límite, tienes que respetarlo. No te corresponde decirles cómo deben sentirse en comparación con cómo se han sentido. Acéptalo y aprende de la experiencia.
Independientemente de para de cuánta gente hayan salido del armario (o para de cuánta no) su sexualidad, género e identidad son totalmente asunto suyo. No importa cuál sea la situación, nunca está bien que tú la declares a nadie más. Cuándo y qué eligen compartir, y con quién eligen compartirlo (o no) no es un espacio para que interfiera nadie más.