La iluminación es un elemento crucial de cualquier representación visual. Afecta la apariencia de objetos hechos de diferentes materiales, puede llamar la atención sobre una parte particular del entorno, establecer el estado de ánimo general de la escena o representar la hora del día. A lo largo del tiempo, varios ejemplos de animación en 3D han demostrado el poder y la versatilidad de la iluminación.
Una luz puntual se encuentra en un punto del espacio, ¡qué amortiguador!, y envía luz en todas las direcciones por igual. Los ejemplos incluyen lámparas u otras fuentes locales de luz. La intensidad de dicha luz disminuye con la distancia, lo que significa que cuanto más cerca está un objeto de la fuente de luz, más brillante es.
Como una luz puntual, un foco tiene una ubicación y un alcance. Sin embargo, está restringido a un ángulo, produciendo una región de iluminación en forma de cono, como en linternas, faros de automóviles y reflectores. La luz también disminuye en los bordes del cono del foco.
La mejor manera de recrear la luz solar o la luz de la luna en 3D es usar luces direccionales, piense en ellas como fuentes de luz distantes que existen infinitamente lejos. El objeto de luz se puede colocar en cualquier lugar de una escena, ya que no tiene ninguna posición de origen identificable. Además, debido a que la distancia de la luz del objeto objetivo no está definida, la luz no disminuye.
Donde hay luz, hay sombras. Si miras desde una fuente de luz, todos los objetos vistos aparecen en luz, y cualquier cosa detrás de esos objetos está en sombra. Hay diferentes tipos de sombras que puedes usar en 3D. Las sombras duras indican luz de una fuente de punto pequeño, y tienen bordes nítidos definidos nítidamente.
Las sombras suaves se ven más realistas: son menos distintas y se desvanecen hacia los bordes. Las sombras suaves provienen de fuentes de luz más grandes. Para lograr un mayor grado de realismo, lo mejor es usar sombras suaves junto con otros tipos de luz más suave o menos directa en una escena.