Elegir un tipo de letra puede ser complicado, ya que hay demasiadas opciones y factores a tener en cuenta. Afortunadamente, hay principios que puedes aplicar para hacer una elección de tipo de letra adecuada.
Lo más importante es tener un objetivo en mente. Pregúntate: "¿Cómo quiero que la audiencia reaccione al texto?" y deja que guíe el proceso. La fuente adecuada para una tarea tiene una combinación de legibilidad y legibilidad y es apropiada para la audiencia y el mensaje. Tener una jerarquía de contenido te ayudará a crear una jerarquía de tipos adecuada.
Pero tampoco tengas miedo de romper las reglas. Conocer lo básico te da el poder de expresarte de forma más creativa con él.
La legibilidad describe lo fácil que es distinguir una forma de letra de la otra. La legibilidad de un tipo de letra está determinada por su diseño: ancho de trazo, serifas, presencia de ciertos elementos de diseño, etc.
Para elegir el nivel de legibilidad correcto, piensa en la función de texto. Por ejemplo, el tipo de letra utilizado para el texto corporal de un periódico o libro debe ser altamente legible. Por otro lado, la alta legibilidad no es una prioridad para los tipos de letra decorativos utilizados para los encabezados, ya que son cortos y están destinados a ser vistos de un vistazo.
Para lograr una alta legibilidad, elige tipos de letra con:
Formas de letras convencionales
Los lectores están acostumbrados a ellos y los reconocerán fácilmente.
Espaciado generoso
El seguimiento estricto hace que sea más difícil distinguir las letras individuales, lo que ralentiza a los lectores.
Una altura x alta
Hace que la diferencia entre ciertas letras como c y e sea más clara.[1]
Una altura x demasiado alta puede dañar el reconocimiento de caracteres con descendentes y marcas diacríticas. Para evitarlo, asegúrate de elegir el tamaño, el peso y el ancho adecuados para la altura x elegida.
La legibilidad mide lo fácil que es leer el texto. Depende de varios factores: estilo de tipo, tamaño, seguimiento, puntera, color y otras propiedades, todo combinado. La alta legibilidad no equivale a una alta legibilidad. Por ejemplo, un tipo de letra altamente legible puede tener baja legibilidad en tamaño pequeño, bajo contraste o seguimiento y liderazgo alterados.
Para elegir una fuente con la legibilidad adecuada, piensa en el propósito y el mensaje de tu texto. Si su mensaje es complicado, tiene sentido utilizar una fuente de alta legibilidad para no obstaculizar la comprensión de la audiencia.
Sin embargo, la investigación muestra una correlación entre el esfuerzo que se tardó para leer el texto y la capacidad de recordar esa información para más tarde. En resumen, todo se trata de equilibrio. Si el texto se vuelve demasiado difícil de leer, los lectores pueden darse por vencidos o confundirse más. Pero si es demasiado fácil, pueden aburrirse.
Para mejorar la legibilidad: