Cuando hablamos de inteligencia artificial, hay una cosa que siempre repito:
Basura entra = Basura sale
La mayoría de respuestas flojas, genéricas o que “no dan en el clavo” no son culpa del modelo, sino del prompt que le hemos dado. Si a la IA le das una instrucción pobre, te devuelve un resultado pobre. Si le das una instrucción clara, con contexto y con intención, te devuelve algo que parece hecho por un profesional.
Por eso, el prompting no va de “preguntar cosas”.
Va de saber guiar a la IA como guiarías a un colaborador en tu empresa.
El prompting es el arte de decirle a la IA exactamente lo que necesitas para que pueda trabajar contigo al nivel que tú esperas.
Es darle dirección.
Es darle intención.
Es darle contexto.
Es marcarle límites.
Es decirle “ve por aquí y no por aquí”.
La IA interpreta lo que dices, no lo que piensas.
Y si tú no le marcas el camino, ella hace lo que puede… que rara vez es lo que quieres.
Un prompt bien hecho es un briefing profesional:
le das la información adecuada y la IA se orienta sola.