Cada vez más estudios demuestran que el bilingüismo temprano tiene un impacto muy positivo en el desarrollo cognitivo de los niños. Exponer a los bebés a dos idiomas desde los primeros meses de vida no solo les permite adquirir competencias lingüísticas en ambos idiomas, sino que mejora funciones cerebrales relacionadas con la atención, la memoria, la flexibilidad mental y la resolución de problemas.
En Chiquilín, nuestra guardería bilingüe en Valencia, este principio forma parte de nuestro proyecto educativo desde el primer día. No se trata de enseñar inglés como una asignatura, sino de integrarlo de forma natural en la vida cotidiana del aula, desde el afecto, el juego y la rutina diaria.
Los bebés nacen con la capacidad de distinguir y procesar todos los sonidos del lenguaje humano. A partir de los 6 meses, su cerebro comienza a especializarse en los sonidos que escucha con más frecuencia. Por eso, cuanto antes se exponga un niño a una segunda lengua, más fácil será para él integrarla y dominarla con naturalidad.
El aprendizaje simultáneo de dos idiomas no confunde al niño ni retrasa su lenguaje, como se creía en el pasado. Al contrario: lo estimula. El cerebro bilingüe es más activo, más flexible y más eficiente en tareas cognitivas complejas.
Además, se ha observado que el bilingüismo puede actuar como un factor de protección frente al deterioro cognitivo en edades avanzadas.
No basta con exponer al niño al idioma inglés con canciones o dibujos animados. El aprendizaje más potente ocurre en un entorno afectivo y significativo. Por eso, en Chiquilín, el inglés está presente en la relación cotidiana entre educador y niño: en la hora de la comida, al cambiar un pañal, al consolar una tristeza o al celebrar una alegría.
Este bilingüismo emocional permite que el idioma no se viva como una obligación académica, sino como una herramienta natural de comunicación. El niño aprende porque se siente seguro, vinculado y motivado.
En nuestra guardería bilingüe en Valencia, contamos con un equipo formado y experimentado en el uso del inglés en contextos reales. Nuestras educadoras bilingües utilizan el idioma de forma coherente y continua, respetando la comprensión del niño sin traducir de forma sistemática, favoreciendo la comprensión por contexto, entonación y repetición significativa.