El otro día, Iván Ferreiro, el músico, me complicó el resto de mi vida en apenas 30 segundos.

Todo porque le escuché decir que lo más importante de una canción es la primera frase, que esa marca el resto, porque te ubica en un lugar determinado o en una mentalidad concreta.

Y, claro, no pude evitar pensar que para un podcast no es muy diferente. Cómo empieza el capítulo no sé si siempre sirve para crear un ambiente en la cabeza de quien lo escucha, pero sí que es fundamental para captar su atención. Eso creo yo, al menos. Y eso explica muchos de los estrafalarios comienzos que han tenido algunos de los capítulos de kaizen.

A la vez, oirle a él decir eso, es una condena para un maniático como yo. Significa que voy a estar obsesionado con la primera frase de cada capítulo, de ahora en adelante, hasta el infinito. Al menos en éste he podido usar al propio Iván para resarcirme. Gracias, majo.

Todo lo que he dicho hasta ahora, tiene aparentemente poco que ver con el tema del capítulo de hoy. Pero cuando jugamos a juegos infinitos, en el fondo la meta es acercarnos a un imposible: a que cada canción sea la mejor que podía ser o cada capítulo el mejor que podíamos hacer. Y nunca lo vamos a conseguir. Pero da igual. Porque el objetivo es seguir jugando y la mejor forma de hacerlo es disfrutar de cada paso.